Nombre original: Winger.
Autor: Andrew Smith.
Género: Young Adult.
Serie: Winger.
Secuela: Stand off.
Páginas: 439 páginas.
"Ya sabes, nada va nunca de la forma en la que fue antes. La cosas solo se expanden y contraen. Como el universo, como respirar. Pero nunca llenarás tus pulmones con el mismo aire dos veces. A veces, sería genial si pudieras pausar y rebobinar todo. Pero creo que cualquiera se cansaría de ello después de una o dos veces."
Sinopsis de Luca:
Con encontramos con un chico con el nombre mas cansado del mundo, Ryan Dean West, quien está en esa línea en la que es dos años menor que todos en su año. Básicamente está atrapado entre el ser un adolescente cabeza hueca como los de su edad, o ser un pre-adulto como la gente que lo rodea. Aunque él es simplemente ambos.
Aunque la verdad sea dicha, Ryan Dean lleva su situación de ser apilado con el resto de delincuentes juveniles con muy buen humor. Siendo Winger de su equipo de rugby, intercambiando comentarios perversos con su amiga, quien es ademas su dos años mayor amor platónico, y descubriendo de su mejor amigo gay como ser un adulto, Ryan Dean nos cuenta en primera persona su manera de sobrevivir entre chicos ricos y delincuentes.
Mi sagrada opinión.
No me gustan los Young Adults. Lo siento, pero es verdad: nunca me han motivado. Pero estoy feliz de este sea uno de los poco que he leído.
He escuchado de él en varias partes, e incluso hubo una época en la que estuvo de moda y salía hasta en la sopa. Pero lo leía recien este mes. Fue una buena cura para terminar de salir de la resacar lectora que tenía por Mistborn (gracias, Brandon), aunque debo decir que aun así me tardé mucho en terminarlo.
Y sí, en verdad es gracioso. Es decir, lo bueno de las narraciones en primera persona es que sabes lo que piensa el personaje que las narra, y tratándose de un chico que no puede decir todo lo que su pervertida mente de catorce años piensa del todo, puede sacarte un par buenas carcajadas. Los comentarios de qué tan hot es cada chica (que para él son casi todas), o que tan gay es tal otro momento o sus auto burlas sobre que tan perdedor es, son épicos.
Ryan Dean al comienzo me dio la impresión de ser un idiota, y puede que lo sea, pero por lo menos me cae mejor. El libro está escrito como si en verdad fuera su diario, con dibujos y esquemas y demás hechas por Ryan Dean, como demostración que tan cagado estaba en tal momento, asi como tambien están los típicos cachondeos que hacía, del tipo decir algo genial y quedar como heroe, para luego admitir que en verdad no lo dijo, y que era un perdedor por no haberlo hecho
Y creo que la cosa que más amé despues del mero humor del libro fue la naturalidad con la que trata a la homosexualidad, y la relación de Ryan Dean con Joey, porque era evidente que, fuera de sus monólogos internos, la vida no era solo risas, sino que tambien ocurrían lo usuales prejuicios hacia un chico gay, con esa especie de miedo irracional hacia él, a pesar de ser la persona más linda y altruista de mundo, diciendo "cierra la puta boca, Ryan Dean" cuando la situación lo meritaba, y que incluso se convirtió en su mejor amigo, con el cual tenia sus los straight-gay best moments entre ellos.
Pero no todo es positivo. Como ya dije, los young adult no me gustan, y en muchas ocasiones sentí que la historia no iba a ninguna parte, que solo eran descripciones sin sentido con mucho dramatismo que solía leer pero no tratar de comprender.
Seeh, creo que necesito leer más del género, pero por ahora...
En resumen:
Fue un libro grandiosamente divertido, con un mensaje muy bueno sobre amistad, orgullo, amor e incluso de madurez, de dejar de ser niño y comenzar a tener agallas para enfrentar a un mundo.
Porque Ryan Dean se dijo que ese año cambiaría, y lo hizo, el resultado son:
Cuatro balones de rugby con gay-straight moments en ellos.